La concesión del
Nobel de Física,
el año pasado, a dos jóvenes investigadores rusos por obtener grafeno
de la punta de un lápiz, ha impulsado el desarrollo este innovador
material, hasta el punto que la Comisión Europea lo ha elegido como uno
de los seis proyectos Flagship que optan a estar entre
los dos que serán financiados por la Unión Europea en el campo de las
tecnologías de la información en la próxima década.
Una veintena de grandes empresas multinacionales -del calibre de
IBM, Nokia o Texas Instruments- se han reunido en la sede del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para dar a conocer sus
infinitas posibilidades y determinar su 'hoja de ruta' en relación con
conseguir esos
1.000 millones de euros que la Comisión destinaría a su investigación en los próximos 10 años.
"El grafeno será como el plástico. Estará en todas las partes,
porque la amplitud de sus usos es enorme, mucho más allá del ámbito
electrónico", apunta Francisco Guinea, Premio Nacional de Investigación
por sus trabajos sobre este material, del que es uno de los grandes
expertos mundiales.
Pero ¿por qué es tan interesante? El grafeno será la panacea del siglo XXI porque no sólo
es muy resistente (200 veces más que el acero) y duro, sino que además
es flexible (se puede enrollar), sino que tiene una
alta conductividad y, como explica Guinea, "además se le pegan moléculas".
Entre las grandes interesadas en sus posibilidades están, como era
de esperar, las compañías tecnológicas. Una de las grandes fabricantes
de teléfonos ya tiene preparado el prototipo de un teléfono móvil que,
según ha anunciado, presentará el próximo año. Será
el primer dispositivo que se pueda enrollar para guardarlo en el bolsillo.
Energías renovables
Otro sector interesante de desarrollo, que se ha planteado en este
encuentro, es el de la energía, especialmente por sus aplicaciones en
células fotovoltaicas o en baterías (puede
generar energía cuando recibe luz). También se plantearon aplicaciones
para sensores: desde gafas nocturnas (detectando radiaciones de
infrarrojo en la oscuridad) hasta en
tejidos para vestir, a los que les incorporen dispositivos que miden constantes vitales.
Igual de importante es el interés en el ámbito de la biotecnología.
Al tratarse de un material fabricado con carbono (uno de los elementos
básicos del cuerpo humano) y puesto que se le pueden adjuntar
sustancias químicas, el grafeno podría utilizarse para
aplicaciones farmacéuticas: sería el vehículo para llevar a la sangre medicamentos de forma constante.
España, como recuerda Guinea, está bien posicionada en este tipo de
investigaciones. De hecho, la empresa riojana Avanzare es ya la primera
exportadora de grafeno de Europa, asegura el científico, especialmente
hacia el continente asiático. "Ahora el grafeno es más barato, pero
cuando se comenzó a investigar, un gramo de grafeno
costaba más que el PIB de toda la Unión Europea, así que trabajaba sólo con milésimas de milímetros", recuerda.
Pero en pocos años, la situación ha cambiado mucho. Ahora existen
unos cuatro o cinco métodos de producción, de diferentes calidades, y
la demanda ha hecho bajar los precios, aunque
aún quedan muchas posibilidades por explorar.
"La reunión de Madrid ha tratado de concretar las ideas, el 'plan de ruta' que ya hicimos en España y que se centra en
fomentar las aplicaciones en microelectrónica
y el refuerzo de otros materiales, pero a nivel europeo es más
complicado porque la industria de cada país tiene sus intereses",
reconoce Guinea.